Septiembre 2011 – JUAN MASCARDI

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Director de la Lic. en Periodismo y la Lic. en Producción y Realización Audiovisual de la Universidad Abierta Interamericana (UAI)

El periodismo digital no es solo el último momento ni un título en Twitter”

Por Fabio Montero

La mañana fue fría, pero el mediodía apuraba la llegada de la primavera, a la hora que, como dice Vilma Vargas, el sol salta como una llama hasta quedar en el pavimento. La entrevista la acordamos en la sede que tiene la UAI sobre avenida Pellegrini.

Desde la calle solo se ve la fachada de un viejo edificio, nada hace presumir, que detrás de esos muros se esconde el moderno edificio que tiene la Universidad. Entrar, es como atravesar un portal del tiempo en un permanente encuentro entre lo viejo y lo nuevo.

En el octavo piso, frente a un imponente ventanal desde donde se puede ver la tumultuosa avenida, se encuentra la oficina donde nos esperaba Juan Mascardi.

Egresado de la escuela de Comunicación Social de la UNR en el año 1996, trabajo en distintos medios de comunicación de la ciudad de Buenos Aires, paralelamente, realizó un posgrado en la Escuela de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, Cuba.

A su regreso a Rosario, en el año 2001, comenzó su carrera docente en la UAI en la cátedra de Periodismo Televisivo. “Es la materia – nos dice –  que más refleja mi trayectoria profesional, vinculada con el audiovisual y la producción periodística televisiva”.

En el 2005 comenzó a trabajar en producciones audiovisuales independientes, en momentos en que este tipo de emprendimientos eran muy difícil de desarrollar en nuestra ciudad.

Entonces, ni se hablaba de la ley de Servicios Audiovisuales y mucho menos, del estímulo a las producciones audiovisuales. “Hoy la ley de Medios – afirma – nos encuentra con una trayectoria que nos da la posibilidad de incursionar en el audiovisual y la crónica narrativa dentro de la televisión”.

Su trabajo académico, vinculado con la polivalencia profesional y la mirada transversal de la carrera de periodismo, permitió que en el año 2007 la UAI, de manera inesperada, nos dice, le ofreciera la dirección de la Lic. de Periodismo y la Lic. en Producción y Realización Audiovisual.

Uno de los términos que más ha entrado en debate en los últimos años, en el campo profesional del periodismo, es el de Polivalencia que los nuevos formatos digitales han potenciado. Esto exige un profesional con capacidades suficientes para adaptarse en un medio como Internet que conjuga lo audiovisual, lo gráfico, lo multimedial, etc. Nuevos formatos para algunos, precariedad laboral para otros.

“Nos costó muchísimo discutir que era esto de la polivalencia – dice Mascardi – consideramos que son habilidades multitareas pero desarrolladas en equipos interdisciplinarios. Si tenemos un dispositivo con un teléfono inteligente que te permite sacar una foto y estar en Twitter en tiempo presente, como profesional, tenés que saber administrar y manejar esa tecnología.”

Este debate no solo involucra a los profesionales, sino a los medios de comunicación en su conjunto, donde lo digital, comienza a sostenerse en un periodismo de urgencia que abandona la reflexión y el análisis de la realidad informativa. “Habrá que empezar a pensar en redacciones de dos niveles, una que se ocupe de lo urgente y otra que no abandone el análisis, la investigación y el sentido crítico. El periodismo digital no es solo el último momento ni un título en Twitter – destaca -.

La concentración de medios de comunicación y el enlatado de contenidos ha vaciado a los medios de producciones locales. ¿Hoy lo que se produce fuera de la televisión tiene cabida en los canales de nuestra ciudad?

Estamos en un momento de transición, en los medios abiertos hay más posibilidades y hay distintas formas de entrar. Es menor la posibilidad dentro de la televisión por aire. Hay producciones que comienzan a tener espacio en los medios locales como las del Centro Audiovisual Rosario, la Escuela de Animadores, la UNR, etc. En esta transición se van abriendo algunos espacios. Ya no son los actores clásicos consolidados los que tienen acceso a los canales que fueron privatizados en la década del 90, permitiendo la irrupción de productoras como Polka, Ideas del Sur, Cuatro Cabezas, que dejaron para nuestros canales, solamente la condición de repetidoras de contenidos porteños. En este sentido, nunca hemos podido definir una televisión local. Hoy esto está cambiando paulatinamente.

¿En este contexto, el periodismo alternativo podría tener cabida en las nuevas programaciones?

El mapa cambia tanto con la televisión digital que cuesta pensar cuales van a ser esos canales. Lo más positivo de la ley de medios, es la inversión de las líneas de fomento a la producción audiovisual que se viene dando desde el año pasado, y que permite que las productoras independientes de cada provincia puedan crear sus propios contenidos. Esto sí es inédito dentro de la historia de la televisión, porque siempre el paradigma fue el porteño que viaja y cuenta historias del interior.

Hay nuevos actores que ingresan a la narrativa audiovisual gracias a los contenidos subsidiados por el Estado. El desafío es ver como se sostienen en el tiempo.

Otro tema es como se van a configurar los canales de televisión, por que dentro de esta lógica, lo inédito es que empezamos a producir contenidos locales para una televisión a nivel nacional, pero es importante, crear contenidos desde el lugar donde estoy para distribuirlos en el canal de mi región. Esto va a obligar a los medios locales a abrir más el juego. 

Mascardi considera que la televisión digital va a permitir mayor diversidad de contenidos, sumado a la posibilidad real de elegir la programación. En este contexto, la producción de documentales va a convivir con el entretenimiento que hoy proponen masivamente los canales tradicionales. “Seguramente –dice- no serán producciones altamente masivas pero si van a tener un público específico”

“En tal sentido – continúa –  el canal encuentro ha demostrado que pueden convivir el entretenimiento con la educación, siempre que se apunte al desarrollo de nuevos formatos, que quiebren el género clásico y rompan el paradigma que sostiene que la televisión educativa debe ser necesariamente aburrida”.

¿Podemos llegar a definir a los usuarios de los medios digitales?

Estamos frente a un usuario lector con características diferentes. Por lo general, los medios clásicos han podido definir a su público potencial según su postura ideológica o su estatus social, pero hoy, está tan atomizado que es conveniente hablar de “las audiencias”. No sabemos mucho de nuestras audiencias, por eso, una buena manera de conocerla es pensar en contenidos específicos. Tradicionalmente, la prensa gráfica ha estado al tope de la audiencia y de la influencia que sus notas tenían en las esferas políticas. Hoy, los medios en papel que saltaron al digital, encuentran que las notas que tienen más audiencias, son las de menos influencia política. Por esto, no sabemos claramente cual es el usuario de esos medios, a pesar de que tenemos posibilidades de conocer la cantidad de click, el recorrido que hizo el usuario y otros datos estadísticos. Estamos en un momento donde tenemos la posibilidad de generar medios alternativos donde se pueda prescindir del último momento, a mano de un periodismo en profundidad que lidere una determinada franja de usuarios.

¿Que opinas sobre la ley de Servicios Audiovisuales?

Creo que nos debíamos una nueva ley que supere la de la dictadura, en un contexto de concentración mediática escandalosa. Faltó un debate maduro y fue planteado como una guerra descarnada entre un multimedio y el gobierno.

Muchos actores hemos quedado afuera de la discusión, incluso más allá de los foros a los que nos han invitado. No obstante, la ley toco intereses y cuando se tocan intereses económicos, la lucha puede ser dura.

La norma se va a palpitar en su puesta en práctica. Van a surgir dudas vinculadas con la aparición de una gran cantidad de actores y con el sostenimiento del mercado publicitario donde, por otra parte, no hay una política clara.

Desde lo personal, como realizador audiovisual, el año pasado he podido ganar un subsidio. Este año nos presentamos nuevamente. Hemos trabajado de forma profesional como nunca en la historia de la ciudad, con equipo de quince personas trabajando seis meses para hacer cuatro capítulos documentales que van a formar parte del Banco de Contenidos Audiovisuales que depende del ministerio de planificación y que, entre otras cosas, dispone en que canal se van a emitir las producciones. Esto antes de la ley era impensado.